Oreo ha llevado a cabo una campaña en España que comenzó con el misterioso mensaje «Adiós, España», lo que generó una oleada de especulaciones sobre la salida del país de una de las galletas más queridas. Durante diez días, la incertidumbre se mantuvo,
hasta que la marca reveló su verdadero propósito: presentar una nueva receta con más cacao y un envase renovado. La culminación de la campaña fue un evento en Madrid, donde una gigantesca Oreo en CGI caía del cielo, simbolizando la explosión de sabor a cacao de la nueva versión.
Esta estrategia buscaba crear expectación y captar la atención del público, pero plantea la pregunta: ¿todo vale en el marketing? Si bien la intriga inicial generó conversación y expectativas, también pudo haber causado confusión entre los consumidores. Al final, el movimiento fue audaz y logró un alto impacto mediático, pero la clave está en si los consumidores percibirán la nueva receta como una mejora real, lo que determinará el éxito a largo plazo de esta maniobra.